Te vi y no podía
quitar mis ojos sobre ti,
con tus ojos pícaros
me cautivaste.
Solo bastó un segundo
para caer rendida ante ti.
Tu sonrisa me hizo
perder en un instante,
aún cuando no era tu intención
me enamoraste.
Sin darme cuenta
perdí en un juego
en el cual jamás podría ganar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario